El otro día me llamó la atención una papaya por ese color anaranjado, lo primero que pensé fue en como quedaría en una jaboncito, y dicho y hecho aquí lo tenéis. Las propiedades que tiene para la piel me dejaron impresionada, la papaya contiene una enzima llamada papaína, que además de asimilar la proteína, la convierte en una fruta aconsejada a la hora de ser aplicada sobre la piel, ya que elimina las células muertas.
No debemos olvidarnos que estas células muertas tienden a obstruir los poros, de forma que además de provocar la aparición de manchas, pueden influir en la aparición de espinillas y granitos. Es también útil en el tratamiento de heridas, ayudando a curar tejidos con cicatrices.
Además también le puse arcilla verde que se caracteriza por su efecto purificante y antibacteriano, limpia la piel en profundidad y produce un efecto relajante, aportando elasticidad y sensación de frescor. Es ideal para utilizar en el rostro sobre todo en pieles grasas o mixtas gracias a su efecto purificante. También es buena para eliminar puntos negros y tratar poros abiertos o pieles con tendencia acneica.
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